Desde la antigüedad se produjo una curiosa confusión lingüística entre la palabra griega Chronos (tiempo) y el nombre del dios Kronos (como los griegos llamaban a Saturno), de tal suerte que al cabo de los siglos uno y otro se identificaron y compartieron características. Como patrón de la agricultura, Kronos llevaba generalmente una hoz y era representado como un hombre viejo, de aspecto siniestro. Al final de la época romana se le añadieron otros atributos como la serpiente o el dragón que se muerde la cola y, durante la Edad Media, Kronos se convirtió en el Padre Tiempo. Petrarca describió un Padre Tiempo omnipotente y destructor, y los ilustradores de sus libros lo representaron con rasgos claramente saturnianos, como la hoz o la guadaña, entonces relacionados con la muerte y la castración, porque en el mito griego, Kronos o Saturno devoraba a sus hijos. Estas imágenes, que el historiador del arte Erwin Panofsky recogió de dibujos y grabados de los siglos XV y XVI, configuraron un prototipo híbrido muy peculiar. Así, para enfatizar el significado de medición o paso del tiempo, el Padre Tiempo se acompañó también de unas alas («el tiempo vuela») y de un reloj de arena. Por afinidad, la representación artística de la Muerte en el siglo XV empezó a mostrar también la guadaña, las alas y el reloj de arena.
El grabado que reproducimos aquí proviene del frontispicio de un libro titulado Cien estatuas romanas respetadas por el celoso diente del Tiempo, que fue publicado en 1648 por F. Perrier. En él aparece el Padre Tiempo como agente destructor, en actitud de roer o carcomer el Torso del Belvedere, una estatua griega del escultor Apollonio, datada en el siglo I a. C. El contexto de ruina arqueológica enfatiza extraordinariamente la capacidad destructora del paso del tiempo, lo mismo que la serpiente mordiéndose la cola y la guadaña que le acompañan. Todos estos atributos vienen justificados en el Tratado de Iconología de Cesare Ripa (1593), en el que se explica además que el Tiempo debe aparecer entre ruinas mostrando los dientes. Por esta razón la imagen posee una sugerente carga simbólica, que relaciona la dimensión de degradación y de muerte del Tiempo con el mito griego de Kronos devorando a sus hijos.
Mediante una iconografía compleja, esta imagen muestra la valoración otorgada durante la Edad Moderna a la cultura clásica, que sin embargo, llega condicionada por el inexorable paso del tiempo. El marco de toda la escena es una arquitectura inequívocamente romana, que en el primer plano aparece arruinada. Las estatuas del fondo representan dioses griegos aún vigorosos, sin huellas de degradación, y colocados sobre altos pedestales como si estuvieran en un templo. Pero el Torso del Belvedere del primer plano se muestra mutilado por culpa de las dentelladas del Padre Tiempo. Sin embargo, ¿es el tiempo el único factor de destrucción de nuestro mundo, o lo es también la propia condición humana y sus actos? El grabado es toda una alegoría de los procesos de transmisión cultural sucedidos en Europa a lo largo de los siglos, que han determinado las diversas circunstancias por las que se ha conservado y apreciado de manera distinta el patrimonio histórico artístico.
Hola, qué tal Josué?
ResponderEliminarCrees que al "tiempo" se le puede considerar un icono?
Puedes indicarme alguna representación moderna del mismo?
Muchas gracias. Un saludo.
Desde luego, el tiempo y el paso del tiempo son temas centrales en todas las sociedades. Los atributos característicos de su alegoría (el viejo barbado, el reloj de arena, la guadaña, la serpiente engulléndose a sí misma, etc.) son iconos habituales en el arte, la literatura, el cómic, el cine... En cualquier caso, la percepción del tiempo es diferente en cada civilización. En Occidente estamos acostumbrados a una percepción lineal del tiempo pero en otras culturas es considerado como algo cíclico que se repite en un eterno retorno.
ResponderEliminarEn cuanto a otras representaciones más modernas, quizás una de las más famosas sea la de Goya, que lo representa en una alegoría de la Constitución de 1812 conservada en el Museo Nacional de Estocolmo. Te pongo un enlace donde puedes visualizarla con una breve explicación:
http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/obras/1775.htm
Más recientemente, pero no en pintura sino en literatura, Michael Ende describió una entrañable encarnación del Padre Tiempo en el personaje del Maestro Hora, que aparece en su novela MOMO (1973).
Muchas gracias!! :D
ResponderEliminarMe será de gran ayuda. Felicidades por tu blog, es estupendo. Un abrazo!
Hola de nuevo, Josué. Estoy buscando sin éxito información de los Kairoi, no encuentro casi nada. Sabrías indicarme donde mirar o alguna pista? Gracias! Un saludo!
ResponderEliminarPrueba en la base de datos de libros y artículos científicos de Dialnet. Es estupenda; además de tener varias opciones de búsqueda, te permite acceder a muchos documentos on-line en PDF. Saludos.
EliminarJosué.
Muchas gracias de nuevo! Un abrazo!!!
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