El mosaico romano de Aquiles y Pentesilea es una de las joyas del Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, localizado en Alcalá de Henares. Este mosaico cubría el suelo de la habitación principal de una domus o casa aristocrática de Complutum. Está fechado en el siglo IV d. C. y destaca no sólo por su tamaño (10,1 x 7,2 m) sino por la extraordinaria calidad de su diseño. A pesar de que algunas partes han llegado hasta nosotros casi borradas, su estado de conservación es excelente gracias a la pericia mostrada por los arqueólogos y conservadores que lo salvaron de su destrucción en la década de 1970, cuando la especulación urbanística destruyó la mayor parte de la antigua ciudad romana de Complutum. Por aquel entonces, el mosaico tuvo que ser cuidadosamente extraído, recolocado sobre un nuevo soporte y consolidado para su exposición museística, lo cual no deja de ser un verdadero milagro.
En el mosaico pueden distinguirse dos partes: la primera es una banda de enlace de dibujo geométrico, que rodea el campo principal y que servía de conexión con los muros de la habitación; la segunda es el campo propiamente dicho, que consiste en un espacio rectangular donde se inserta la composición, formada por una escena central de tema mitológico, en torno a la cual aparecen otros elementos, encerrados en casetones que se disponen en sentido diagonal. Algunos de estos elementos son animales fantásticos, dioses, alegorías, además de una figura vestida con toga, que probablemente sea el dueño de la casa, es decir, el mecenas que encargó y financió la realización del mosaico.
La mitología siempre ha sido uno de los temas artísticos favoritos de la aristocracia para reflejar su prestigio y poder. Durante la época imperial, la cultura griega tuvo una gran ascendencia sobre el mundo romano, porque se consideraba más importante y refinada. Así por ejemplo era frecuente que la educación de los hijos de la nobleza se confiara a maestros de origen griego. Por consiguiente, la representación de un tema heroico inspirado en la mitología cumplía con creces el anhelo de distinción social del propietario de la casa donde se colocó este mosaico.
La escena central representa concretamente un episodio de la vida del héroe griego Aquiles. Aquiles era hijo de la nereida Tetis y de Peleo, rey de los mirmidones. Cuando todavía era un bebé, Tetis sujetó a Aquiles del talón y lo sumergió en la Laguna Estigia con el fin de hacerle inmortal. El talón por donde fue agarrado quedó fuera del agua y se convirtió en su único punto vulnerable. A pesar de ello, Aquiles llegó a ser un guerrero invencible que combatió del lado de los aqueos en la Guerra de Troya, derrotando entre otros al príncipe Héctor. Finalmente fue muerto por una flecha lanzada por Paris, que el dios Apolo dirigió hacia su talón. De este suceso, narrado por Homero en la Ilíada, ha quedado la expresión «talón de Aquiles» para referirse el punto más débil de una persona.
El enfrentamiento de Aquiles contra Pentesilea también se enmarca en el contexto de la Guerra de Troya. Pentesilea, hija de Ares y Otrera, era la reina de las Amazonas, un grupo de mujeres guerreras que luchaban a caballo con una valentía y destreza insuperables. Según diversas fuentes clásicas (Helánico, Diodoro Sículo, Apolodoro, Quinto de Esmirna) tras la muerte de Héctor, Pentesilea acudió en ayuda de los troyanos junto con otras doce amazonas. En mitad de una cruenta batalla, Aquiles la derribó del caballo y la abatió atravesando su pecho con una lanza, exactamente como aparece representado en la escena del mosaico complutense. Aquiles se acercó a ella mientras agonizaba y quedó conmovido por su sufrimiento, y por su extraordinaria belleza y juventud. Entonces lloró amargamente su cadáver y se enfureció con los soldados griegos que se burlaban, matando a uno de ellos. Según algunas versiones, Aquiles enterró el cuerpo de la amazona en las orillas del río Escamandro y le rindió homenaje. Se trata, pues, de una historia épica que ennoblece al héroe griego enamorado de su víctima en el momento de darle muerte, y que por tal motivo llora después su pérdida.
MÁS INFORMACIÓN:En el mosaico pueden distinguirse dos partes: la primera es una banda de enlace de dibujo geométrico, que rodea el campo principal y que servía de conexión con los muros de la habitación; la segunda es el campo propiamente dicho, que consiste en un espacio rectangular donde se inserta la composición, formada por una escena central de tema mitológico, en torno a la cual aparecen otros elementos, encerrados en casetones que se disponen en sentido diagonal. Algunos de estos elementos son animales fantásticos, dioses, alegorías, además de una figura vestida con toga, que probablemente sea el dueño de la casa, es decir, el mecenas que encargó y financió la realización del mosaico.
La mitología siempre ha sido uno de los temas artísticos favoritos de la aristocracia para reflejar su prestigio y poder. Durante la época imperial, la cultura griega tuvo una gran ascendencia sobre el mundo romano, porque se consideraba más importante y refinada. Así por ejemplo era frecuente que la educación de los hijos de la nobleza se confiara a maestros de origen griego. Por consiguiente, la representación de un tema heroico inspirado en la mitología cumplía con creces el anhelo de distinción social del propietario de la casa donde se colocó este mosaico.
La escena central representa concretamente un episodio de la vida del héroe griego Aquiles. Aquiles era hijo de la nereida Tetis y de Peleo, rey de los mirmidones. Cuando todavía era un bebé, Tetis sujetó a Aquiles del talón y lo sumergió en la Laguna Estigia con el fin de hacerle inmortal. El talón por donde fue agarrado quedó fuera del agua y se convirtió en su único punto vulnerable. A pesar de ello, Aquiles llegó a ser un guerrero invencible que combatió del lado de los aqueos en la Guerra de Troya, derrotando entre otros al príncipe Héctor. Finalmente fue muerto por una flecha lanzada por Paris, que el dios Apolo dirigió hacia su talón. De este suceso, narrado por Homero en la Ilíada, ha quedado la expresión «talón de Aquiles» para referirse el punto más débil de una persona.
El enfrentamiento de Aquiles contra Pentesilea también se enmarca en el contexto de la Guerra de Troya. Pentesilea, hija de Ares y Otrera, era la reina de las Amazonas, un grupo de mujeres guerreras que luchaban a caballo con una valentía y destreza insuperables. Según diversas fuentes clásicas (Helánico, Diodoro Sículo, Apolodoro, Quinto de Esmirna) tras la muerte de Héctor, Pentesilea acudió en ayuda de los troyanos junto con otras doce amazonas. En mitad de una cruenta batalla, Aquiles la derribó del caballo y la abatió atravesando su pecho con una lanza, exactamente como aparece representado en la escena del mosaico complutense. Aquiles se acercó a ella mientras agonizaba y quedó conmovido por su sufrimiento, y por su extraordinaria belleza y juventud. Entonces lloró amargamente su cadáver y se enfureció con los soldados griegos que se burlaban, matando a uno de ellos. Según algunas versiones, Aquiles enterró el cuerpo de la amazona en las orillas del río Escamandro y le rindió homenaje. Se trata, pues, de una historia épica que ennoblece al héroe griego enamorado de su víctima en el momento de darle muerte, y que por tal motivo llora después su pérdida.
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