
La mayor parte de los objetos rescatados de aquellas tumbas reales se conservan hoy en el Museo Británico de Londres. Entre ellos destaca el tablero y las piezas de un juego que se practicó en el antiguo Oriente Medio durante aproximadamente tres mil años, y que hoy se conoce como el Juego Real de Ur o «juego de los 20 cuadrados». Los arqueólogos hallaron ejemplares de este juego en seis de las tumbas reales de Ur. Aquí reproducimos uno de ellos, procedente de la tumba PG513. Se compone de un tablero de madera con incrustaciones de concha, piedra caliza y lapislázuli, junto con varios tipos de fichas y dados. El tablero está formado por dos piezas de doce y seis casillas respectivamente, unidas por un puente de dos casillas de largo. Todas las casillas aparecen decoradas con series de puntos, cuadrados, círculos concéntricos y ojos de la buena suerte, siguiendo una disposición simétrica. Un elemento común en todos los tableros de juego es la existencia de cinco casillas especiales, marcadas con rosetas, que aparecen siempre en la misma localización: dos en las esquinas de la izquierda, una en el centro y otras dos en las casillas inmediatamente anteriores a las esquinas de la derecha.
Las fichas del juego son pequeños discos de concha y lapislázuli que podían quedar sin decorar o, como en este caso, motearse con cinco puntos. Para mover las fichas se utilizaban distintos tipos de dados. Los tetraedros eran menos comunes que los de forma piramidal o los bastoncillos. La puntuación, en cualquiera de los casos, venía dada por los dibujos que aparecían en el vértice de los dados: los círculos concéntricos marcaban uno, dos y tres mientras que las cruces daban la posibilidad de avanzar cuatro casillas.
Las reglas del Juego Real de Ur no se conocen con exactitud pero la mayoría de los estudiosos encuentran ciertas similitudes con las del backgammon y las del senet egipcio. Según una tablilla del siglo II a. C., que se conserva en el mismo Museo Británico, parece que se trataba de una carrera entre dos jugadores que debían tirar un dado, con el objetivo de mover siete fichas idénticas cada uno. La ruta que hacían las fichas por el tablero es un tema bastante discutido. Una hipótesis es que cada jugador comenzaba por una de las casillas marcadas con rosetas en la esquina izquierda, recorrían separados las cuatro casillas de las filas de los extremos, luego pasaban el puente y giraban en redondo, pasando por las seis casillas de la segunda pieza, para embocar de vuelta la fila central hasta llegar al extremo izquierdo, donde estaba la meta. Este recorrido hacía un total de veinte casillas, lo que explicaría el nombre del juego.

En cuanto a la función que tenían las casillas con rosetas, no está clara. Podrían ser seguros donde una ficha no podía ser capturada pero también podrían servir para conseguir una tirada extra o para enviar a una ficha de vuelta al comienzo. El hecho es que se sitúan cada cuatro casillas, lo que sugiere que el número cuatro era especialmente importante en el juego. Esta idea parece corroborada por la dificultad de obtener un cuatro con el tipo de dados que se utilizaban. Sea como fuere, este objeto constituye el testimonio material más antiguo de una de las actividades más singulares de la naturaleza humana, el juego.
MÁS INFORMACIÓN:
Acá se puede jugarl: http://www.yourturnmyturn.com/java/ur/index.php
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