sábado, 18 de febrero de 2012

NEWTON Y NABUCODONOSOR

Estos dos dibujos sintetizan a la perfección el pensamiento artístico de William Blake, escritor, pintor y grabador inglés cuya obra resulta difícil de clasificar. Blake era el tercer hijo de un mercero conocido por sus ideas heterodoxas en materia religiosa, lo que le granjeó el rechazo de la sociedad londinense. Nacido en 1757, a los quince años ingresó en la escuela de grabado de James Basire y luego estudió durante un tiempo en la Royal Academy of Arts, pero se rebeló contra los principios neoclásicos impuestos por su director, Joshua Reynolds. Su carácter librepensador y autodidacta le llevó a crear su propia imprenta en 1784, desde la que se ganó la vida como grabador e ilustrador. Con el cambio de siglo se trasladó a la ciudad costera de Felpham, donde vivió y trabajó durante tres años, bajo el patrocinio de William Hayley. Allí tuvo profundas exploraciones espirituales, apariciones y ensoñaciones que le prepararon para sus obras de madurez, grandes poemas épicos y visionarios, escritos y decorados por él mismo entre los años 1804 y 1820.
A pesar de su originalidad y calidad literaria, su obra fue poco conocida en su época y Blake terminó muriendo en la más absoluta pobreza. Sus poemas representaron el rechazo a las ideas neoclásicas e ilustradas, defendiendo en cambio la libertad individual proclamada por el Romanticismo. Las ilustraciones que acompañan los poemas exigen del lector una visión extremadamente imaginativa de las relaciones entre el dibujo y el texto. En cuanto a su técnica pictórica, no se sabe a ciencia cierta el método que utilizaba para estampar su obra. La explicación más razonable es la siguiente: parece ser que primero escribía el texto y después realizaba los dibujos de cada poema sobre una plancha de cobre, usando algún líquido insensible al ácido, gracias a lo cual quedaba como en relieve. Entonces aplicaba una capa de tinta de color, lo estampaba y retocaba después los dibujos a mano, con acuarela. En consecuencia, cada libro era una obra única e irrepetible.
En el aspecto estético, William Blake desafió el academicismo característico del siglo XVIII, rehusando el óleo porque le parecía que ocultaba la esencia del dibujo. Defendió siempre la imaginación frente a la razón, considerando que las formas ideales debían construirse no a partir de la observación de la naturaleza sino de las visiones interiores. Desde su personal punto de vista, logró configurar un estilo lineal en el que enfatizaba el valor del dibujo y la expresividad, desarrollando arriesgadas composiciones basadas en el uso de recursos rítmicos y en la oposición de elementos contrarios. Un buen ejemplo de esto último lo constituyen sus dos libros de poemas ilustrados titulados Canciones de Inocencia y Canciones de Experiencia (1789-1794). Blake pensaba que «sin contrarios no hay progreso». La dialéctica entre los estados opuestos del alma se explicaba por su grado de corrupción.
Este simbolismo está presente también en las dos obras que reproducimos aquí. Son dos grabados iluminados en 1795 con acuarela y retoques de lápiz, pluma y tinta negra, que se conservan en la Tate Gallery de Londres. El primero representa al científico inglés Isaac Newton, sentado en una roca, en el acto de medir con un compás una figura geométrica trazada sobre un rollo de papel en el suelo. Está despojado de su túnica, casi desnudo, lo que le hace parecer un filósofo griego, y mira fijamente al papel, ensimismado en la resolución de un problema matemático. La roca sobre la que se apoya el sabio está dibujada con gran detallismo, mostrando una gran variedad de texturas y tonalidades que aluden a la importancia de la naturaleza como fuente de conocimiento, según una idea muy propia del empirismo científico del siglo XVIII. Por el contrario, el fondo de la derecha es neutro y parece aislar la figura de Newton del resto del mundo, dando a entender su ensimismamiento. Para William Blake, Newton reflejaba la condición humana esclava de la razón.

Como imagen contrapuesta se halla Nabucodonosor. Nabuco-donosor II, cuyo reinado tuvo lugar en el siglo VI a. C., fue seguramente el monarca más temido y poderoso de la dinastía caldea de Babilonia. Constructor de los famosos Jardines Colgantes y de otros grandes monumentos en la capital de Mesopotamia, la tradición judeocristiana le presentó en cambio como un tirano cruel y despiadado por haber emprendido la conquista de Judá y por haber ordenado la destrucción de los templos en Jerusalén. El grabado subraya la condición negativa del rey, mostrándole como un personaje atormentado por la culpa, con la mirada perdida, la barba desaliñada y las uñas en forma de garras. Además, se arrastra como un animal desnudo por el interior de una oscura caverna. Para William Blake, Nabucodonosor era un símbolo de la condición humana esclava de las pasiones.


9 comentarios:

  1. ¡Qué grata sorpresa hallar un blog cómo este!
    aunque me sorprende todavía más que no tenga comentarios, me parece una gran labor y en lo personal le agradezco por tomarse el tiempo de hacer este blog y compartir sus conocimientos.
    La pintura de Nabucodonosor siempre ha sido una de mis favoritas de William Blake, no conocía la de Newton y el análisis de ambas, aunque breve lo he disfrutado mucho.
    En cuanto a Newton, me fascina estudiarlo en cuanto a sus conclusiones acerca de la luz y el muy conocido experimento de la descomposición del haz de luz blanca en el espectro del arco iris; de alguna manera la pintura tiene un cierto aire medieval, pues recuerdo haber visto alguna biblia ilsutrada con miniaturas donde precisamente Dios sostiene un compás durante la creación; de forma curiosa también recuerdo haber escuchado que Newton era una persona muy soberbia que gustaba de humillar a otros, aunque esto solo puedo considerarlo como anecdótico, pero en la obra de Blake puede percibirse un poco de ello.
    Me llama la atención la postura tan incómoda pero que en el sentido de la composición es absolutamente maravillosa.
    En la pintura de Nabucodonosor por otra parte se ilustra la interpretación del sueño de Nabucodonosor hecha por el profeta Daniel y su realización; me he tomado la libertad de añadir el texto correspondiente:
    Locura de Nabucodonosor
    "Todo esto tuvo cumplimiento en Nabucodonosor, rey. Al cabo de doce meses, mientras se paseaba en su palacio de Babilonia, se puso a hablar, y dijo: ¿No es ésta Babilonia la grande, que yo, por el poder de mi fuerza y la gloria de mi magnificencia, he edificado para residencia real? Todavía estaba la palabra en su boca, cuando bajó del cielo una voz: Sabe, ¡oh rey Nabucodonosor!, que te va a ser quitado el reino. Te arrojarán de en medio de los hombres, morarás con las bestias del campo y te darán a comer hierba como a los bueyes, y pasarán sobre ti siete tiempos hasta que sepas que el Altísimo es dueño del reino de los hombres y se lo da a quien le place. Al momento se cumplió en Nabucodonosor la palabra: fue arrojado de en medio de los hombres y comió hierba como los bueyes y su cuerpo se empapó del rocío del cielo, hasta que llegaron a crecerle los cabellos como plumas de águila, y las uñas como las de las aves de rapiña.
    Dan 4, 25 - 30.

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  2. Llegué aquí a través de un ilustrador.Muy interesante tu blog.
    Saludos.

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  3. Muchas gracias por vuestras aportaciones. El texto del profeta Daniel efectivamente recoge muy bien la locura de Nabucodonosor representada por W. Blake.
    Bienvenidos a los dos; espero que sigáis disfrutando.

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  4. Muchísimas gracias, estoy estudiando historia del arte y me viene genial este blog. Con tu permiso comparto a mis compañeros.

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  5. Muy buen blog!
    Gracias por compartir
    Saludos!

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  6. Un excelente bloc, gracias por compartir la breve historia de la pintura de Nabucodonosor

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Este blog pretende ser un recurso didáctico para estudiantes universitarios, pero también un punto de encuentro para todas aquellas personas interesadas por la Historia del Arte. El arte es un testimonio excepcional del proceso de la civilización humana, y puede apreciarse no sólo por sus cualidades estéticas sino por su función como documento histórico. Aquí se analiza una cuidada selección de obras de pintura, escultura y otras formas de expresión artística, siguiendo en ciertos aspectos el método iconográfico, que describe los elementos formales, identifica los temas que representan e interpreta su significado en relación a su contexto histórico y sociocultural.